El valor de una persona y la ilusión como motor de nuestra actitud ganadora.

Hace unos años recuerdo haber visto una charla TEDx de Victor Kuppers donde hacía énfasis en la importancia de la actitud. Él dice que el valor de una persona puede simplificarse a una fórmula:

Valor de una persona = (Conocimientos + Habilidades) x Actitud

Los conocimientos y las habilidades (o experiencia) suman, pero la actitud multiplica. Él es una persona llena de energía y escucharlo energiza. Tanto él como yo tomamos ideas de otros y las potenciamos, buscamos que esas ideas agreguen valor a la gente. Esta fórmula es tal cual y para mi se hace más fuerte para una persona con actitud ganadora por eso hago ese añadido a la fórmula. Una persona con Actitud Ganadora es exponencialmente más impactante, agrega mucho más valor, es magnética y energiza a los demás.

Esto de la actitud es algo que está menospreciado en nuestro tiempo. Hay CV´s llenos de papelitos y gente llena de experiencia, pero muchas veces vemos que les falta el ingrediente más importante, la actitud ganadora.

Esa actitud es la que nos hace diferentes, la que deja una verdadera huella.

Otra cosa que me llamó la atención en sus charlas es que habla de que vamos como pollos sin cabeza por la vida, a todo motor y no nos detenemos a pensar. La pausa perdió valor y vale mucho.

Hay que aprender a parar a tiempo, tomarse una pausa para reflexionar. Tenemos que dejar de dar todo por sentado. Al final pensamos que somos inmortales y nos olvidamos que estamos de paso. Hay que ser agradecidos, saber dar sin esperar nada a cambio. Alimentar nuestra red de contención. A la hora de hacer networking online y offline, ver cómo podés ayudar a otros a que se conecten y hagan prosperar proyectos.

Ponernos ilusiones, pequeñas zanahorias en nuestro camino que nos llenen de energía es un truco fundamental para el motor de nuestra actitud ganadora. No tienen porqué ser cosas materiales costosas o unas vacaciones en el caribe. Si podemos hacerlo bien, sino aceptemos lo que se puede hacer y adaptémonos a nuestra realidad. Igual salí a caminar el fin de semana al campo o a la playa, hace algo fuera de tu rutina, con eso seguro que ya cargas las pilas.

Si podemos tomarnos unas vacaciones en familia o con amigos, darnos esa pausa mental y conectar un poco con el universo y nuestras amistades, con nuestra naturaleza, mucho mejor. Hay gente que se ilusiona más con la moto o el auto nuevo, el tema es que al poco tiempo se evapora la ilusión y ya no es nuevo. Los viajes para mí son lo que prospera en la retina y agregan más valor que nada en el mundo. Por eso invierto mucho en ellos.

Los seres humanos vivimos de las ilusiones y si no nos ponemos a nosotros mismos esas ilusiones en el camino, hay chances de que nos enrosquemos tanto en la diaria, que nos terminamos olvidando de lo potentes que son. Además, son un remedio esencial para relativizar todo y hasta bancar alguna cosa que no nos gusta demasiado.

Te invito a tomar acción y armarte una listita de ilusiones que sean realizables para este año y el que viene. Ahh…,  y no te olvides de  tomar acción hoy mismo sobre lo más importante en la fórmula de nuestro valor: nuestra actitud ganadora.